miércoles, septiembre 18, 2002

Añadidura de la concomitancia
Levemente lluvioso, mejorando hacia el viernes


El agua y el aire, llamaradas frescas
que ilusionan la tarde.
Hablar, hablarte, escuchar, escucharte
dos voces surcando el infinito,
provocan vibraciones que derriten los vidrios.

Espejos rotativos,
relación alevosa,
palabra en la palabra,
y boca sobre boca.

¿Y qué importan los trenes?
¿Qué importan las distancias?
Tenemos la alegría
tenemos las palabras
que van diciendo todo
apurando esperanzas.

Te hice un barquito de papel,
y después te hice un mar
por donde navegarte,
más tarde haré tormentas,
huracanes de besos,
tifones de caricias,
maremotos de ensueños,
y cuando el agua explote,
cuando el viento se calme
te pondré entre mis brazos
recuperando el aire.

Los viernes suenan lindo,
porque son importantes,
tienen voz de milagro
hacen hervir la sangre.

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