lunes, noviembre 11, 2002

Estar de Guardia
(Canción improvisada de lo que se siente)

Ir y venir
desarrugando papelitos
en la espera ansiosa
de lo que se presiente,
jugar al gato y al ratón
con improvisaciones
colgadas de la risa,
y alargando la mano
encontrar unos sueños
pegados en el viento.

De a dos,
como deben pasarse las tardes
que parecen de invierno,
dejando de propina
algo más que dos pesos.
Jugar a la quiniela del destino
sin ganas de ganar,
sin temor a perder,
sin siquiera enterarse
qué número salíó
a la cabeza.

Estar de guardia, amor,
abusar de los instantes
sin pretender nada más
que lo que nunca alcanza
para llenar las bocas
las manos y las pieles,
sin mendigar minutos
sin negar la importancia
de los besos
y hacer que los relojes
se incendien derrotados
cuando la noche entra
haciendo extraños gestos.

No decir más,
dinamitar las letras
para dejarlas quietas,
no sea cosa
que se diga
lo que tanto se teme
y que surjan propuestas teñidas de locura
y después no haya iglesias
donde irse a llorar
los arrepentimientos.

Sin espejos,
amasar el aire con sensaciones
adheridas a una lágrima
surcar el borde irregular
del tiempo y sus secretos,
de a dos,
como se hace el amor,
como se inventa una ilusión
acumulando escenas
de delirios empañados
en cristales desiertos,
romper la monotonía
de una calle aburrida
mientras alguien desconocido
pasa muy lentamente
en bicicleta.

Así,
pretendiendo beber
otros sorbos de magia,
quedarse aletargados
en la penumbra vaga
de la sombra de un árbol
a las diez de la noche.

No hay comentarios.: