sábado, octubre 05, 2002

Madrugada con dulce de leche
(Sonata desgarbada, pero no tanto como entonces)


Surco la noche
con los ojos cansados
de esquivar abismos
donde no quise caer
porque los abismos
encierran monstruos hambrientos
con olor a recuerdos viejos,

y ya no puedo volver
ni seguir yendo

la noche se estira un poco más allá
de lo que puedo percibir,
hay un hueco en la oscuridad,
algo que brilla,
son tus nombres

son tres, cuatro, seis letras,
melodía indivisible,
sonrisa que me araña la cara,
me sangra de recuerdos.

¡Ah! ¡Cuánto te extraño!
Estás ahí,
tal vez dormida,
susurrando,
esperando una pequeña palabra
que no logró llegar a tiempo.

Ahora la noche es una casita pequeña
con una sola puerta,
y una ventana que separa la luz
de las tinieblas,
¿estás durmiendo?
yo no puedo hacerlo,
tengo sed
y tengo hambre

nada puedo hacer para calmarme

cerrar los ojos
es un ejercicio insoslayable,
se apagan las luces
y el proyector comienza
su aletargada vibración
que desovilla más y más recuerdos,
recuerdos que desatan ansias, ganas,
estás mirándome
desde una pantalla tan grande como el tiempo,

mirame, sonreíme, deseame, dame besos,
mordeme el corazón,
retorceme las orejas,
lameme, deshojame, ansiame,
levitame,
estoy desnudo viendo la película
que vamos a filmar para nosotros
cuando la madrugada se parta en mil pedazos
desiguales,
para mirarte, sonreirte, desearte, darte besos,
morderte el corazón,
retorcerte las orejas,
lamerte, deshojarte, ansiarte,
levitarte,
estás desnuda, actuando en la película
que vamos a filmar para nosotros

cuando la madrugada se rompa en mil pedazos
y las horas se arrodillen implorando clemencia.

Es tonto delirar en estas horas
es tonto delirar a cualquier hora,
pero es necesario,
porque la sed y el hambre
se acomodan
a los sueños
y no hay galletitas sueltas
ni paquetes
ni ramitos de fresias,
no hay un lugar prefijado
ni un momento,
hay tres, cuatro, seis letras
flotando en los recovecos de mi mente,
te nombro,
como se nombra lo deseado,
me muerdo los labios
sin poder dormir,
me quedo así, mirando la película
que vamos a filmar,
me quedo ensimismado en lo que ya conozco
y en lo que voy a descubrir,
en lo que ya presiento,
¿viste?
te estoy hablando
en esta madrugada
donde dormir es una utopía demadiado insalvable.

Cierro los ojos,
quiero verte.

Estiro las manos con ansiedad
como para acariciarte,
como para llenar ese hueco de distancia
que no logra separarnos.

¿Dormís?
No importa.
Luca está cantando
y yo estoy despierto, extrañándote.

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