martes, septiembre 24, 2002

A veces el tiempo mira para otro lado
Concierto para dos cuerdas que vibran en la misma sintonía, forte, fortissimo

Inventando la magia
se hace magia de la buena,
y supimos ser los mejores magos
del mundo y alrededores,

desde la música
hasta las caricias,
desde el arroz
hasta los gemidos,
desde las ganas contenidas
hasta la consumación de las mejores sensaciones.

Y descubrimos que los escenarios
son solamente escenarios,
que lo importante está en nosotros mismos
fluyendo incesantemente,

con estas simples cosas
mareamos los relojes
derrotamos las horas.

Porque cada caricia y cada beso,
resolvió los laberintos
en los que nos metía el tiempo.
Quedamos libres,
navegando en cosas cotidianas,
destruyendo miedos y prohibiciones

así, simplemente así:
reinventamos la magia.

No hay comentarios.: