A veces el tiempo mira para otro lado
Concierto para dos cuerdas que vibran en la misma sintonía, forte, fortissimo
Inventando la magia
se hace magia de la buena,
y supimos ser los mejores magos
del mundo y alrededores,
desde la música
hasta las caricias,
desde el arroz
hasta los gemidos,
desde las ganas contenidas
hasta la consumación de las mejores sensaciones.
Y descubrimos que los escenarios
son solamente escenarios,
que lo importante está en nosotros mismos
fluyendo incesantemente,
con estas simples cosas
mareamos los relojes
derrotamos las horas.
Porque cada caricia y cada beso,
resolvió los laberintos
en los que nos metía el tiempo.
Quedamos libres,
navegando en cosas cotidianas,
destruyendo miedos y prohibiciones
así, simplemente así:
reinventamos la magia.
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