Ya no estaremos solos
Ya nunca estarás sola
porque mi baba rancia
de trajines imperfectos
se pegó a los recovecos de tu piel en trance
no te bañaste
después que el escondrijo recuperó las alas
entonces perdiste
creyendo ganar perdiste algo más que veinticinco patacones
perdiste el aire
y el horizonte sin mi sombra
y perdiste el timbre
y el girar de una rueda en bancarrota
hace tanto que no recorro los arrabales de tu cuerpo
que los balances me supuran insistencias
ganar, perder,
¿qué gano en el instante irracional de tu gemido?
¿qué pierdo cuando caigo en el abismo insostenible de tus ojos?
ya nunca estarás sola
mi baba rancia
la punzada de mis dientes
la agitación incandescente
la espera apelmazada
el calor acechante
están en tu presente
y nunca estaré solo
aunque a veces no basta con nombrarte
ya no estaremos solos
aunque las madrugadas deshilachen desencuentros
aunque los días se pierdan en berrinches
y en andurriales fangosos de no vernos
ni tocarnos
ni amasarnos alfarereando contornos
de misteriosos éxtasis
hace tanto que no subo por tu vientre
que un hambre peregrina me hace sudar el sexo.
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