Ella dice tantas cosas...
a veces llora,
más tarde rie sin razón
y después vuelve a llorar.
Tal vez sea yo el que no entiende.
Ella viene a buscarme
y yo tiemblo ante la inevitable
tormenta de risas y lágrimas.
La noche no piensa,
simplemente transcurre.
Yo quiero transcurrir,
pero no soy tan efímero y permanezco.
A veces me pego tan fuerte a los sucesos
que paso a formar parte
de lo que no pretendo.
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