sábado, octubre 26, 2002

Pintarle una sonrisa a las semanas grises
(Zamba para no morir)

Cortar cadenas es mucho más sencillo
que atrapar nubes en esquinas
que no existen.

Cambiar un beso
por un choque de automóviles,
y lograr que la ley
te de un permiso.

Es que la primavera
volvía a nuestro mundo
en trenes misteriosos
que llegaban a horario.

Porque las ocho y veinte
es el mejor momento
para encender la magia,
desatar los instintos
sin perder un instante.
¿El lugar?
No interesa,
es mejor la presencia,
las luces que se duermen
la penumbra cómplice
el papel que no existe,
las manos que se extienden
las pieles que se absorben
las bocas que se unen
las lenguas que se trenzan
la pasión que desborda
y los cuerpos que explotan.

¿Viste?
Pintarle una sonrisa
a las semanas grises
era algo necesario,
para nada imposible.

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