jueves, abril 24, 2003

Ya no estaremos solos

Ya nunca estarás sola
porque mi baba rancia
de trajines imperfectos
se pegó a los recovecos de tu piel en trance

no te bañaste
después que el escondrijo recuperó las alas

entonces perdiste
creyendo ganar perdiste algo más que veinticinco patacones
perdiste el aire
y el horizonte sin mi sombra
y perdiste el timbre
y el girar de una rueda en bancarrota

hace tanto que no recorro los arrabales de tu cuerpo
que los balances me supuran insistencias

ganar, perder,
¿qué gano en el instante irracional de tu gemido?
¿qué pierdo cuando caigo en el abismo insostenible de tus ojos?

ya nunca estarás sola
mi baba rancia
la punzada de mis dientes
la agitación incandescente
la espera apelmazada
el calor acechante
están en tu presente

y nunca estaré solo
aunque a veces no basta con nombrarte

ya no estaremos solos
aunque las madrugadas deshilachen desencuentros
aunque los días se pierdan en berrinches
y en andurriales fangosos de no vernos
ni tocarnos
ni amasarnos alfarereando contornos
de misteriosos éxtasis

hace tanto que no subo por tu vientre
que un hambre peregrina me hace sudar el sexo.

viernes, abril 18, 2003

A ella cuando estaba lejos

La ciudad me mira con tus ojos
las calles llenas de cansancio...
Ismael Serrano

La noche está cantando una canción que no conozco
y un codo entumecido de esperar tu letra
cosquillea recuerdos que se anidan en mis ojos muertos.

Me voy convirtiendo en una estatua de sal
por no cumplir las reglas que dictaste,
¿pero cómo hago para no extrañarte?
¿cómo hago para dormir sabiendo que hoy la distancia
tiene largas las patas y afilado el silencio?

Si, ya sé...
pero saber es una hoja que se lleva el viento.
Para colmo llueve
y los techos nuevos se acurrucan sin nacer
y la noche termina esa canción enferma
            sin que yo me la aprenda.

lunes, abril 14, 2003

Digo

Digo:

que la madrugada
se estira en un sentido
inverso y parloteante.

Digo cosas como amor y sentimiento
y digo que la madrugada
se estira y tira de mis manos secas

hasta llevarme al recital de tu respiración
rítmica
             dormida
                   soñante
¿soñas en mi,
en mis alegorías
que aprisionan crustáceos
tratando de amaestrarlos?

Puedo verte,
puedo sentir tu pecho
y oler tu aroma plastificado de recuerdos

tu cuerpo eléctrico
tu susurro y tu éxtasis
tu boca tu mar tu continente
tu sabor a cosa hermosa
tus manos artesanas
tratando de descifrar
esos viejos misterios que a veces
me embrutecen.

Mujer dormida:
raiz cuadrada de mis ansias,
nena encerrada en esa geografía
que no me canso de explorar
¿cómo hago para que entiendas
que respiro de tu aire?
¿cómo hago para meterme
en el núcleo ígneo de tu miedo
a mis silencios?

Digo:

hay una sola manera
de conseguir la esencia primitiva
y es concatenando las lenguas
olvidando el vacío singular
y la pluralidad de las lágrimas.

Digo:

que lo único que prevalece,
el único elemento que persiste
ajeno a las tablas numerales
sin peso
sin medida
sin mitologías abstractas
sin etimologías desgastantes
sin velocidad
sin límites
ni bordes
ni sonido:

es esta sensación de identidad,
esta flagrante fundición de dos en uno
en la que estamos convertidos.